Frente al sol, cómo proteger al bebé
Ya sea que vayas con tu bebé a la orilla del mar o a la montaña, el sol también estará presente, con todo el peligro que eso implica. La piel del bebé es una presa fácil.

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Para evitar problemas, debes saber reconocer las características indispensables de la protección solar para bebés.
¡Cuidado con el sol!
Todos los pediatras te dirán lo mismo: antes del año, debemos evitar al bebé toda exposición, aún indirecta. En efecto, hasta los 3 años, los niños de pecho casi no tienen defensas frente al sol. Su sistema melanocítico aún inmaduro los torna particularmente sensibles a los rayos solares, dejando pasar cantidad de UVA y UVB que agreden las capas basales de la epidermis. Incluso una mínima insolación puede rápidamente tomar un cariz más grave. Sin embargo, si tus desplazamientos te obligan a llevar al bebé a lugares soleados, conviene tomar algunas precauciones.
Todo empieza con incrementar la atención en lo que respecta a la ropa. Cuando el sol se hace más intenso, elige las prendas grandes, de mangas largas y los tejidos densos que cubren la totalidad del cuerpo. Utiliza también un sombrero así como pequeñas gafas pues el 40% de los UVB pueden reflejarse en la arena, la nieve o el cemento.
Una protección solar adaptada
La ropa, la sombra o las nubes asociadas al sol no dan más que una falsa impresión de seguridad ya que los rayos no se filtran totalmente, sobre todo en la altura. Por lo tanto, la prioridad debe ser la protección solar dermatológica. Hoy en día, todas las grandes marcas dermocosméticas han desarrollado líneas especialmente adaptadas para los pequeños.
Cómo elegir
-La textura: ya sea que la protección solar se presente en forma de leche o crema, debe ser antialérgica, sin alcohol para evitar cualquier irritación y sin perfume para no atraer los insectos. Por otro lado, la mayoría son resistentes al agua y a la arena, ya que el bebé puede chapotear en el agua o transpirar. En general penetran rápidamente, de modo que no dudes en aplicar esas fórmulas en generosas capas sobre las regiones expuestas, especialmente en la nariz, las orejas, los pómulos, los empeines, la parte posterior de las rodillas y los hombros.
-El índice: utiliza desde el primer día un índice elevado (FPS 30), adaptado a la edad y al fototipo (ojos, color de cabellos y de piel) del bebé. Aplica generosamente la protección solar 20 minutos antes de salir y luego renuévala cada dos horas.
Finalmente, para evitar la deshidratación, no te olvides de dar de beber regularmente a tu bebito, refrescándolo con ayuda de un brumizador de agua.

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