Cómo evitar la obstrucción mamaria
La obstrucción es un fenómeno normal que aparece desde los primeros días del lactancia o durante los periodos en los que la madre deja de dar el pecho. Tiene lugar cuando la inflamación de los pechos comprime los conductos por los que circula la leche, que entonces no puede salir al exterior.

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Los pechos pesan, duelen y se ponen duros y el pezón se retrae. La mujer se siente llena de leche pero ésta no fluye. No pasa nada, son los síntomas de la obstrucción mamaria, uno de los trastornos que pueden afectar al pecho de la mujer durante la lactancia.
¿Por qué sucede?
La obstrucción aparece con frecuencia durante la transición entre el calostro que se produce tras dar a luz y la leche propiamente dicha. El periodo entre el segundo y el cuarto día después del parto es el más sensible. No se trata de un exceso de leche, sino de un edema alrededor de la glándula mamaria.
La causa de este fenómeno es la acumulación de suero sanguíneo alrededor de las células de la glándula mamaria cuando baja la leche, lo que provoca una obstrucción sin que haya un exceso de leche. La areola se estira tanto por la hinchazón que el bebé no logra succionar.
Cómo prevenir la obstrucción mamaria
La bajada de la leche suele transcurrir sin problemas cuando el bebé succiona regular y correctamente tras su nacimiento. De manera que para evitar la obstrucción es importante que el bebé tome leche de ambos pechos cada vez y con que lo haga con la mayor frecuencia posible. Si el bebé no toma la cantidad de leche suficiente, puedes sacártela puntualmente.
Intenta estar relajada y tranquila cuando des el pecho. Opta por los sujetadores de lactancia, que no comprimen los senos. Esto evitará los problemas circulatorios y una mala distribución de la leche en la glándula mamaria.
Cómo tratar la obstrucción mamaria
Cuando hay obstrucción mamaria, lo mejor es optar por la estimulación, que consiste en dar el pecho. No disminuyas la frecuencia ni la duración de la lactancia. Para que el bebé pueda succionar mejor, intenta la llamada posición de la "loba romana". Tumba al bebé boca arriba y ponte encima de él a cuatro patas.
Dar el pecho activa el flujo y pone el sistema en movimiento. Para relajar el pecho antes de amamantar, puedes aplicarle calor con una compresa tibia. El calor permite acelerar la circulación sanguínea y desbloquear el seno. Para mejorar la obstrucción puedes masajearte el pecho. Entre las tomas puedes ponerte compresas frías para aliviar el dolor
En la mayoría de los casos, la sensación de obstrucción mejora al cabo de las 24 horas y desaparece al cabo de las 48. La producción de leche se adapta naturalmente a las necesidades del bebé. En cualquier caso se aconseja reposar. Si la situación perdura, consulta con tu médico para evitar que la obstrucción desemboque en una infección como la mastitis.
C. Gaulard

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